Ver y disfrutar de su delicadeza, perfección y color
lunes, 10 de enero de 2022
domingo, 9 de enero de 2022
VII POEMAS DE AMOR (LA ILUSION)
A
la memoria de una esposa amada
que
mi consuelo en la desgracia era
consagra
el alma musa lastimera
y
llanto amargo sobre tumba helada
LA
ILUSION
Si en
el triste lecho,
en la
noche umbría
recuerdo
el afecto
de la
esposa mía.
El
alma se exalta
por la
que quería,
y en
dulce ilusión
luego
se extasía.
La veo
entre mis brazos
llena
de alegría
y su
amante pecho
palpitar
sentía.
De su
bella boca
que es
de amor delicia,
el
aliento bebo
con
loca avaricia.
Y miro
sus ojos
brillantes
y hermosos,
que
abrazan mi alma
con
fuego amoroso.
Y con
su albo seno
tierno
y cariñoso,
el
placer supremo
recojo
gozoso.
¡Lo
bien de mi vida,
mi
amor, mi consuelo,
en tus
brazos hallo
mi
dicha y mi cielo!
El
delirio amante
y
pasión ardiente
que el
alma ardorosa
al
mirarte siente.
Consume
mi ser,
y no
hay un momento
en que
te separe
de mi
pensamiento.
Ilusión
amada,
ilusión
querida,
si tú
me abandonas,
perderé
la vida.
Pues
la realidad
cruel
y homicida
en vez
de curarme
desgarra
mi herida
2ª
Llena la noche, y queda el alma mía de gratas ilusiones rodeada,
pues que viene a llenarla de ambrosia, la dulce imagen de mi esposa amada.
¡Sombra querida de la que fue un día mi amor y mi delicia y
mi adorada! No me abandones, ten de mi clemencia, y consuela tan misera
existencia.
Viene luego la luz del claro día amigas ilusiones
disipando, y la amarga razón, cruel y fría, la funesta verdad me va mostrando.
Con esto mi tormento y mi agonía, vuelve de nuevo el alma
macerando, y traen a mi memoria aquella losa, que cierra el nicho de mi cara
esposa
VI POEMAS DE AMOR ( EL SEPULCRO Y LA LLAVE)
que mi consuelo en la desgracia era
consagra el alma musa lastimera
y llanto amargo sobre tumba helada
EL
SEPULCRO
Ese sepulcro triste y solitario (¿dó?) no penetra ni la luz
del día…esa tumba que cierra la losa fría, es de mi esposa la mansión y osario.
Restos amados, de mi bien despojos, escuchad mi tormento y mi
plegaria, que en llanto amargo tu losa funeraria con acerbo baña mis ojos.
Virgen pura, Dios omnipotente oye mi ruego, que en mansión
gloriosa tengas el alma de mi cara esposa, te pido el corazón humildemente.
Dibujo de Francisco Baron |
LA
LLAVE
Esta llave, la enlatada caja cierra en que descansa el
cuerpo de mi amada, restos queridos de joven desgraciada que tan poco vivió en
la tierra.
Guárdala, llave, de profanos ojos, guarda los restos que mi
alma adora, reliquias caras de Panchita Mora, de un bien que perdí triste
despojos.
No abras el ataúd, respeta la morada do reposan los huesos
de amiga idolatrada
Que no miren mis ojos ese féretro abierto, y su helado
cadáver en la mortaja envuelto
¿No ves que moriría al contemplar deshecho un rostro que
otro tiempo de amor encendía el pecho.?
Advierte que el pesar tan agudo seria que mi triste
existencia al dolor cedería
Y que mis tiernos hijos sin padre quedarían y solos en un
mundo en el que todo falsía.
Llave funesta que me das tristeza, llave del sepulcro de mi
esposa, lave que en un llanto barra mi ternura, llave que guardas ceniza tan
preciosa
Yo te conservare, aunque en mi pena, con tu vista recuerdo
cruel (¿?) Dibujo de Francisco Baron
V POEMAS DE AMOR (EL AMOR DE MI PANCHITA)
A la memoria de una esposa amada
que
mi consuelo en la desgracia era
consagra
el alma musa lastimera
y
llanto amargo sobre tumba helada
EL AMOR DE MI QUERIDA PANCHITA
El
amor sincero
con
que me quería,
desinteresado
y de
simpatía.
Ese
tierno afecto
y pura
alegría
que me
manifestaba
cuando
me veía.
Las
dulces caricias
que
siempre me hacía,
cuando
en mi regazo
descansar
solía.
El
placer y fuego
con
que me decías
“soy
tuya y te adoro
siempre
el alma mía”.
El
cariño intenso
que
por mi sentía,
y
gusto y contento
en mi
compañía.
Que si
la besaba
feliz
se creía
y por
una Reina,
no se trocaría.
Y el
alma a sus ojos
hermosos
salía,
y su
bella boca
de
placer reía.
Y su
honesto pecho
que en
mi amor ardía,
contener
su impulso
apenas
podía.
Pues
su corazón
con
fuerza latía,
cuando
de mis labios
el
tacto sentía.
Y
siempre a mi lado
de
noche y de día
velaba
mi sueño
si
acaso dormía.
En mi
enfermedad
ella
me asistía,
que
amante sensible
mi mal
le dolía.
Por
qué adversa suerte
ya me perseguía
y
azares y penas
conmigo
partía.
Su
amor y constancia
no disminuía
y con
mis desgracias
su
afecto crecía.
Y
cuando cercana
ya de
su agonía
en
nada del mundo
( ¿?) pensaría
En
vista del llanto
que mi
alma vertía
brillaron
sus ojos
de
amor, y decía
por
señas “te amo”,
y a la
tumba fría
llevare
el afecto
que
feliz me hacía.
Que
extraño es que llore
si la
aflicción mía
la
causa la muerte
que en
funesto día
se llevó
la esposa
que
tanto quería,
y con
sus virtudes
y
amor, me creía,
feliz
en el mundo
cuando
ella vivía
Y ya
desgraciado
sin su
compañía
enfermo
y con hijos chicos todavía
Solo
espero penas y pesares,
IV POEMAS DE AMOR ( 13 DE ABRIL DE 1841)
A
la memoria de una esposa amada
que
mi consuelo en la desgracia era
consagra
el alma musa lastimera
y llanto amargo sobre tumba helada
13 DE
ABRL DE 1841
Funesto día
en que perdiera
lo que mi alma
tanto quisiera.
La dulce esposa
a quien amara
entre mis brazos
hoy espirara.
Y mis tres hijos
tiernos pimpollos,
pasaran huérfanos
por los escollos
de vida triste
sin el consuelo
de amante madre,
que con desvelo
cuide su infancia
tierna amorosa
y los dirija
por senda honrosa
hasta que hombres
fuertes se vieran,
y gobernarse
ellos pudieran.
El padre anciano
que respetaba,
llora la hija
que tanto amaba,
y sus cuidados
y sus desvelos,
le prodigaba
con grato anhelo,
cual hija tierna
que lo quería,
y su cariño
con el partía
y en un instante
con zaña sierra,
destino injusto
morir la hiciera,
siendo del padre
golpe tan fuerte
tormento eterno
hasta la muerte.
Amigas caras
que ella tenia
y en cuyo afecto
se complacía,
sus tiernas almas
suspiraran
y llanto amargo
derramaran
a la memoria
de la que amaron
y como hermana
siempre miraron,
por el cariño
que las unió.
hasta la tumba
lo conservó.
yo triste viudo
desconsolado
que el hado adverso
me la ha robado,
encuentro ahora
solo mi lecho,
y acerba pena
aflige el pecho
que en otro tiempo
en gusto (¿inchera?)
con tierno alago
mi compañera,
en cuyo seno
me reclinaba
por que amorosa
siempre la hallaba.
Hora infelice
no hay momento,
en que no sufra
cruel tormento,
por que he perdido
mi cara esposa
y sin ella paso
vida angustiosa,
pues la que tanto
el alma amaba
y en la desgracia
me consolaba,
dejo este miserable y triste suelo,
para gozar en el celeste cielo.
Dibujo realizado por Francisco Baron |
III POEMAS DE AMOR ( EL LLANTO)
Francisco Baron Padilla |
A
la memoria de una esposa amada
que
mi consuelo en la desgracia era
consagra
el alma musa lastimera
y
llanto amargo sobre tumba helada
EL LLANTO
Llanto amargo sobre tumba clara
llanto que bañas esa losa fría
llanto sobre el sepulcro de mi amada
llanto a su memoria y su agonía
llanto que vierte el alma desolada
llanto porque murió la esposa mía
llanto solo me resta en mi tormento
llanto acerbo, dolor y sentimiento.
Llanto derramo,
llanto vertía,
llanto que el alma,
llanto pedía.
Por la que amo
por la que lloro
por la que quiero
por la que adoro.
Muerte tan cruda
muerte tan fiera
muerte a mi amiga
muerte le diera.
De Panchita mi alma
de Panchita fuera
de Panchita esposo
de Panchita era.
II POEMAS DE AMOR ( LA MUERTE)
A
la memoria de una esposa amada
que
mi consuelo en la desgracia era
consagra
el alma musa lastimera
y
llanto amargo sobre tumba helada
(2ª Parte)
LA
MUERTE
en aciago momento
la que mi alma adoro
y su perdida llenó
mi pecho de sentimiento.
se declaró mi enemiga
y dejó de un golpe fría
a la que tanto quería
y era mi esposa y amiga.
se llevó desapiadada
a la que feliz me hiciera
con su pasión hechicera
y fue de mi tan amada.
el plan de felicidad
que mi corazón formo
en unión de la que amó
y ya está en la eternidad.
y lagrimas derramar
memorias de las que quise
y pues que perdí a mi (¿?)
solo me queda pensar.
La muerte causa mi lloro.
La muerte que en un momento
La muerte dio a la que adoro
¿Quién aflige el alma mía
y de luto y sentimiento
la llena de noche y día
con triste presentimiento
de una desgraciada suerte?
¡La muerte!
y en el mundo miserable
sin la que el pecho adoraba,
me ha dejado inconsolable
con golpe tan crudo y fuerte?
¡La muerte!
que joven y tan querida
yaces en la tumba helada
¿quién me priva en esta vida
entre mis brazos tenerte?
¡La muerte!
que hacías mi felicidad
con tu pasión ardorosa
¿qué funesta realidad
me quieta el gusto de verte?
¡La muerte!
eras mi amor y consuelo
aunque te cubre una losa
y tu alma está en el cielo,
no me impedirá quererte
¡La muerte!
I POEMAS DE AMOR (LAMENTO)
No me gustaría perder aquello que el bisabuelo de mi padre, escribió
a su mujer cuando falleció ella con tan solo 28 años, seguramente a
consecuencia del parto del último de sus tres hijos a tan solo 7 días de su
nacimiento.
Entre los
documentos que tengo una copia de dicho escrito y grapado a el existe una nota
escrita que pone;
Estos
poemas de nuestro bisabuelo Francisco Barón, que los dedico en 1841 a la muerte
de nuestra bisabuela Francisca, empezados a escribir en el primer aniversario
de su fallecimiento, el 13 de abril de 1840.
Parece
ser, según me contó mi padre que nuestro abuelo Miguel quedó huérfano en su
nacimiento, ya que como consecuencia murió doña Panchita. Le prohijaron unas
tías y estudio una carrera de entonces: ingeniero mecánico químico, creo.
Bueno esto es algo de
historia
que mi consuelo en la desgracia era
consagra el alma musa lastimera
y llanto amargo sobre tumba helada
de rima y de consonancia
hallarás con abundancia,
pero ni una ficción fría;
manifiesta el sentimiento
que dentro del pecho siento
por la que tanto quería
me arrebató de vida en primavera
LAMENTO
-
La
que tierna y cariñosa
mas
que a su vida me amaba,
la
que solicita esposa
mis
desgracias endulzaba...
¡Ya
murió!
La
que en mis enfermedades
me
asistía con esmero,
y
sus buenas cualidades
hacían
mi mal llevadero.
¡falleció!
La
que fue mi compañera
y
de mis hijos la madre,
la
que conmigo se uniera
cuidando
a su anciano Padre
¡Ya
murió!
La
que mi alma quería
y
hacia mi felicidad,
la
que conmigo partía
desgracia
y prosperidad.
¡falleció!
La
madre que con ternura
de
mis hijos cuidaría,
y
con cariño y dulzura
educación
les daría
¡Ya
murió!
La
que amable y pudorosa
era
el ángel de su esposo
y
entrego condorosa
su
corazón bondadoso.
¡falleció!
La
que a mis tiernos hijuelos
cuando
huérfanos se vieron,
consagraría
sus desvelos
para
que hombre de bien fueran
¡Ya
murió!
La
que al lado de mi lecho
y
en el último momento,
recogería
en su pecho
hasta
mi postrer aliento
¡falleció!
La
que cuando yo faltara
a
mis hijos hablaría,
del
padre que los amara
y
que tanto ella quería
¡Ya
murió!
La
que me hizo feliz
con
su grata compañía,
y
la que yo tanto quise
por
qué se lo merecía...
¡falleció!
La
que fue amiga excelente
e
hija respetuosa,
madre
tierna y diligente
y
amorosísima esposa
¡Ya
murió!
La
que mi consuelo era
la
que siempre llorare
la
que amándome muriera
y
la que no olvidare
¡falleció!