jueves, 11 de marzo de 2021

5 AÑOS EN RECIBIR UNA CARTA

JOSE DE ECHEGARAY FERNANDEZ



Quién
 nos iba a decir que entre nuestros orígenes había un gran Marino, Jose Echegaray, nuestro antepasado de 7ª generación por parte maternal y más concretamente por parte de “la Abu” (nuestra abuela), fue un gran Marino, de nuevo olvidado en la Historia de España, pero mantenida por los militares.

Solo me limitaré a dar “algunos datos” obtenidos en lo mejor que he leído sobre este familiar y que está escrito y publicado en la Revista de Historia Naval nº 109del año 2010, por el General de División Dr. en Historia D. Juan Miguel Teijeiro de la Rosa y merece ser leído al completo. 

El General dice en su articulo;“Nuestra Marina, junto a los héroes y científicos, estrategas y exploradores cuya luz  sigue  resplandeciendo  en las  páginas  de  su  historia,  debe también gran  parte  de lo  que  fue  y  es  a muchos  hombres menos  conocidos  que le consagraron su entrega, sus sacrificios diarios, su entusiasmo y su voluntad a lo largo de toda una vida. Uno  de  estos  hombres  fue Don José Luis de Echegaray y Fernández”.

Pero solo contare aquello que pueda atraer el interés emocional sobre una carta ,para que luego el que quiera saber la impresionante historia de Jose Echegaray lea directamente el artículo de la revista de Historia Naval.

Jose nació el 24 de agosto alrededor de 1764 en el Ferrol (La Coruña), con tan sólo nueve años, José, comenzó a trabajar como operario aprendiz de carpintero de ribera con la Armada. Y de los 78 años que llegó a vivir dedicó al servicio activo 69 años. En 1786 se casó en San Fernando (Cádiz)  con M.ª Dolores de la Peña López natural de Carmona (Sevilla) con la que tuvieron 8 hijos: Dionisio, María Manuela, Manuela, Juan José, Cándida, Isabel, Josefa, María Lorenza.



A lo largo de su vida desarrollo distintos trabajos como; Aprendiz de carpintero. Primer delineador de construcción. Fue requerido en Málaga con varios ingenieros de Marina a fin de levantar los planos y hacer las nivelaciones del río Guadalmedina, desde su nacimiento hasta el mar. Auxiliar en la delineación de varios planos de buques en Madrid. Al acercarse los franceses, Echegaray, junto con su hijo Dionisio, que por entonces estaba en Madrid, marcharon a tomar parte en la defensa de la ciudad desde la Puerta de Toledo, cercana a su domicilio. Ayudante de construcción. Maestro de Guardias Marinas del departamento de Cádiz en el ramo de Construcción. Ingeniero ordinario graduado. Fue uno de los pocos ingenieros que formo parte del cuerpo sin haber pasado por la correspondiente Academia. Destinado al virreinato del río de la Plata en la América hispana. Con la caída de Montevideo fue hecho prisionero y “casi olvidado”. Regreso a España después de conseguir escaparse y continuo con sus trabajos hasta alcanzar el empleo de Capitán de navío y director principal de Construcción.

Pero en este blog quiero hacer hincapié en una carta que tardó 5 años en llegar a su destino escrita por Jose Echegaray a su mujer también nuestra 7ª ascendiente. El texto es exactamente parte de lo escrito y publicado en la revista Naval.

LA DESEADA E INESPERADA CARTA

Empezaba  así  un  capítulo infausto  para muchos  de los  que,  con la mira puesta  en  su  patria,  habían  ofendido la  bandera  de  ésta  en  aquellas lejanas tierras hasta el último instante. Una mínima parte de los miembros del Ejército  y  de la Armada, los  de más  alta  graduación,  prisioneros  en  un  primer momento,  fueron luego  devueltos  a  España.  Pero  ¿y  el  resto  de los  que componían  nuestras  fuerzas  en  aquel virreinato? sobre  ellos  cayó  el  olvido, como sobre tantos otros prisioneros de las guerras independentistas de América. España —sus gobernantes — les volvieron la espalda como a objetos inservibles. Entre estos últimos estaba el teniente de navío ingeniero José de Echegaray. A  partir  de  aquí  una  espesa  niebla  se  extiende  sobre  éste  y  sus compañeros de infortunio, que sólo en parte hemos podido disipar en base a una  carta  escrita  por  aquél,  que  felizmente  se  conserva,  y  a la información gubernativa que, muchos años después, se le instruyó en averiguación de sus circunstancias durante el tiempo que estuvo prisionero (1). 

La carta la recibió la esposa de Echegaray cinco años después de la caída de Montevideo,  durante los  cuales  ni  ella  ni  el  departamento  habían  sabido nada de su marido. Está datada en «santa Elena  (alias) las Bruscas, el 30 de noviembre  de  1818»,  y  había  sido  confiada  a  un  compañero  de  prisión,  el capitán  Joaquín Barrera,  que  había  conseguido  su liberación  gracias  a la mediación del propio general san Martín, a quien conocía. 

En ella expresa la situación de desesperanza respecto del abandono en que los tiene su país: «Yo como no tengo conocimiento alguno con personas que me puedan proporcionar semejantes ventajas, ya tengo consentido morir en el estado que me hallo; pero  estoy  conforme  a todo  cuanto me  pueda  suceder,  pues  veo  que  nuestra redención  está  cada  vez más  remota  si dios  no  hace  un milagro».

 Tampoco recibía carta alguna de su esposa y de sus hijas, que desconocían su paradero a pesar de las muchas cartas que José dice haberles escrito, y que sin duda no llegaron a su destino. En su desesperación, continuaba: «En fin, yo  creo que es en vano escribir más cartas, estoy por creer que ni mi mujer ni mis hijas existen; mi hijo Dionisio tampoco debe existir». Cuenta la situación en que se encuentran los prisioneros: «… al que se fuga de aquí, si se le aprende, se le pone una cadena, y está aquí en presidio, y cuando no es aprendido el oficial que se fuga se sortean todos y al que le toca la suerte va a presidio a la Capital, en donde ya hay seis oficiales». Terminaba dando entrañables noticias de su hijo Juan José, siempre a su lado desde que ambos dejaron la Península: «Juan  José  ha  estado  a  verme  hace  cinco  días,  y  como  no lo  quiero tener aquí a que pase tantos trabajos como yo, vive en la Guardia de los ranchos a  28 leguas de aquí. El día 7 de éste hubo un incendio en dicha Guardia, se quemaron  siete  casas  una  de  ellas la  donde  vivía  Juan  José,  en  cuya  quema perdió toda su ropita y a mí me dieron el susto de que él había perecido; mira que noticia para un Padre afligido». El teniente coronel José Piris, sargento mayor del regimiento de Infantería fijo de Buenos Aires, al deponer como testigo en la información que en 1821 ordenó el comandante general del departamento de Cádiz, relató así los acontecimientos tras la capitulación de Vigodet: «… de cuyo resultado, no habiendo cumplido los tratados el General Insurgente, fue conducido como prisionero entre todos los que nos hallábamos de Guarnición  a Buenos Aires  el Teniente  de  Navío  don.  José  Echegaray,  y  de este  destino  fue  remitido el expresado a las Guardias  de la Frontera,  y a los dos meses de estar en ellas nos remitieron en calidad de Presos a la Provincia de Córdova,  donde  fuimos  repartidos en aquella jurisdicción  hasta el año  de mil ochocientos diez y siete que hicieron bajar al expresado Echegaray como a todos los demás a un depósito que hicieron de prisioneros a cincuenta y dos leguas al sur de Buenos Aires, donde pasó el nominado Echegaray los mayores trabajos hasta el año de mil ochocientos veinte que se  fugó a la Plaza de Montevideo  burlando la vigilancia  de la  Guarnición  que  nos  custodiaba, habiendo manifestado en todo este tiempo la mayor resignación y sufrimiento por  conservar los  sentimientos  de  un verdadero  oficial  siempre  adicto  al Partido de las tropas de S.M.». En  parecidos términos  se  expresaron  otros testigos. Así  fue  como tuvo lugar la  fuga  de  Echegaray  el  25  de  abril  de  1820  y  su  paso  a la  cercana Montevideo,  ocupada  desde  1817  por  fuerzas  portuguesas  que trataban  de anexionar a Portugal la antigua Banda oriental. Nada se sabe de sus trabajos y riesgos  en los meses  subsiguientes,  hasta  que  el  8  de marzo  de  1821 logró presentarse en el departamento de Cádiz.

LA HISTORIA DE ESPAÑA Y JOSE ECHEGARAY  

GUARDADA EN UNA CARTA 5 AÑOS


 

(1)    Ambos documentos en vIso, Expedientes personales, leg. 351 citado.

https://armada.defensa.gob.es/archivo/mardigitalrevistas/rhn/2010/2010109.pdf

Imagenes de Familysearch. 



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