Como un día tan Feliz se convirtió en el día más triste de sus
vidas.
Se acercaba las fechas de la
Navidades del año 1895, y en la casa de mis bisabuelos Vicente Hidalgo Santos y
María del Carmen Lara Granados reinaba la tristeza por encontrarse enfermos, 3
de sus 6 primeros hijos; Ana de tres años, Vicente de dos y Remedios de apenas
10 meses, todos ellos enfermos de la Viruela una de las peores epidemias del
mundo y conocida como “el ángel de la muerte”.
Aunque fue la primera vacuna
descubierta para proteger a las personas de una enfermedad en el año 1796 cien
años después y por no existir los medios ni la logística de la disponemos hoy día,
fallecían los tres hermanos de mi abuelo el día 31 de diciembre de ese mismo
año, seguramente arropados los tres en la misma cama y sin poder hacer nada más.
Años más tardes nacieron Vicente, Remedios, Juan y Jose. Vicente que ya era el nombre de su abuelo, padre y hermano fallecido y Remedios que era el nombre de su abuela y hermana fallecida.
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